La alborada


Mañana vamos de boda
y esta noche de alborada,
que se casa una mocita
mañana por la mañana,
y es la moza más bonita
de la villa de La Adrada.


La Iglesia de "El Salvador"
ya la tienen adornada,
con docenas de claveles
y de rosas perfumadas;
la adornaron sus amigas
sus primas y sus hermanas.


Sus padres han preparado
barreños de limonada,
y los "bollos de San Blas'"
y "roscas de Santa Águeda",
para invitar a la gente
que acuda a felicitarla.


En la plaza se han reunido
los mozos que mejor cantan,
y le cantarán canciones
del folklore de La Adrada.
Acuden los guitarreros
con bandurrias y guitarras,
y se unen con el grupo
que les espera en la plaza;
y todos alegremente
bajan por la calle larga.


A la puerta de la novia
todos los mozos se paran,
esperando hasta que ella
se asome por la ventana.
Y cuando por fin se asoma
muy nerviosa y azarada,
uno de los cantaores
con esta copla se arranca:
Tienes la cara de rosa,
tienes los dientes de nácar;
son tus ojos dos luceros
que brillan mas que el del alba.




El segundo de los mozos
esta coplilla le canta:
Huele tu cuerpo a jazmines
a hierbabuena y albahaca,
es un junco tu cintura
que se cimbrea cuando andas.
El tercero de los mozos
que ya bebió limonada,
y es seguro que ve doble,
doble coplilla le canta:
Cuando te pregunte el cura
mañana por la mañana,
tres veces que si le quieres
no te pongas colorada.


Y si respondes que sí,
por no quedarte callada,
dejarás de ser mocita
y serás mujer casada.
Y el silencio de la noche
esta coplilla desgarra:
Cuando salgas de la Iglesia
esa carita tan guapa,
dándote la enhorabuena
por todos serás besada.
Y ya el último de todos
que es quien toca la guitarra,
le echa la despedida
y todos juntos la cantan:
Te damos la enhorabuena
todo el pueblo de La Adrada;
y muchas gracias también
por bollos y limonada.
Así eran las costumbres
en la villa de La Adrada,
que cuando había una boda
había también alborada.

 

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