Relatos en prosa

Si bien la mayor parte de las obras de Pablo Caamaño están escritas en verso, el poeta manifiesta también sus ideas y pensamientos en prosa, aunque manteniendo todas las cualidades de su poesía: sencillez en la expresión, recuerdos, romanticismo y observación detallada de la realidad:

"Para mi era ese amigo que me llamaba todas las mañanas para que me levantase. Ese amigo que me despertaba con el dulce tintineo de sus campanillas..."

"Solamente hay un árbol más bonito que un cerezo en flor que es: un cerezo con las cerezas maduras..."

"Cuando por fin llegamos y nos dispusimos a buscar las fuentes del Guadiana fue mucho peor. Allí había juncos, juncias, aneas, misiegas... pero agua, ni una sola gota. ..."

"Hasta hace muy poco tiempo había en todas nuestras casas, una mesa con un cajón donde se guardaba el pan. 'Yo he comido pan de muchos cajones' solía decir aquel que había dado muchos tumbos por la vida, que tenía muchas vivencias que contar y que había sufrido muchas peripecias..."

"Calzaba unos zapatos que estaban rotos, con las suelas despegadas, de tal forma que parecían dos bocas sin lenguas y sin dientes, que se abrían y se cerraban cada vez que el anciano sacerdote caminaba..."

Destaca en su obra, una especial evocación de los recuerdos de su niñez en La Adrada, junto a sus padres, hermanos, abuelos, tíos y primos, tal como podremos observar en muchos de sus escritos.

Entretenidas y curiosas narraciones, incluídas en el cuaderno "Retazos de rimas y ripios", algunas de las cuales aparecen en este complemento especial de La Adrada.Net