Oda al vino
Vino, jerez o riojano, de color de sangre y oro, vino que naciste moro y al morir eres cristiano. Catalán o castellano, De Aragón o de Navarra, cuando yo me meta en farra beberé cuanto me quepa de este hijo de la cepa, de este nieto de la parra. Vino de tierras manchegas, de Jumilla a Valdepeñas, vino que duermes y sueñas en las cavas y bodegas, vino que al hombre doblegas. Mucho más de lo previsto, tú atontas a los más listos, tú a los más nobles perviertes y ante el Altar, te conviertes en sangre de Jesucristo. Tú curas penas de amores, tú olvidas los desengaños, y cuando cumples más años se te rinden más honores; algunos sabios doctores, dicen que eres medicina; La cara se me ilumina cuando te tengo en mi mano, y aunque te han hecho cristiano sigues siendo cosa fina. |
El honor te concedieron |