Vivencias
Hace ya bastantes años que rebasé el medio siglo, y aunque pronto seré viejo sueño lo mismo que un niño, sueño con mucha frecuencia y siempre sueño lo mismo. Sueño con esos pinares; con empinados caminos que subían hacia el monte, sinuosos, retorcidos, entre peñascos enormes, entre corpulentos pinos, entre aroma de jarales y fragancias de tomillos. Allá donde el Pinarón se aproxima al Aprisquillo, en un chozo de retamas muchas noches yo he dormido, y muchas veces yo sueño que mas que chozo era un nido; con la lumbrera de piedra, con el techo renegrido, la cama hecha de helechos y por almohada.. .tomillos. En agua de esos veneros muchas veces he bebido, y comí pan de centeno porque no lo había de trigo, y pucheros de patatas y algún trozo de tocino, y aquel austero manjar me parecía tan rico, que cuando sueño con él sueño que vuelvo a ser niño. Desde allí miraba al Cielo en las noches del estío, y al observar las "Cabrillas" al principio me hacía un lío, después cerraba los ojos y cuando volvía a abrirlos, las veía frente a mi con enorme regocijo. Allí aprendí muchas cosas, y a mi padre y a mi tío que duermen el sueño eterno les estoy agradecido, por enseñarme esas cosas que no enseña ningún libro. |
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